Los pacientes de lipectomía comparten esta característica con aquellos que sufren hernias umbilicales: debilidad en la pared abdominal por estiramiento y presión de los músculos. Por esta razón la pregunta ¿Se pueden corregir hernias con la lipectomía? es habitual en los consultorios de Ciruplástica
Las hernias son protuberancias, comúnmente alojadas en la zona abdominal o inguinal, que pueden contener líquido, grasa o incluso intestino.
Entre todos los casos posibles, son frecuentes las hernias umbilicales, llamadas así por localizarse cerca del ombligo.
Muchas personas las padecen pero si duelen, crecen o molestan es necesario operarlas, incluso con urgencia.
Los músculos abdominales funcionan como estructura de contención de los órganos internos. Cuando esta pared se rompe por algún motivo, deja salir lo que hay dentro del cuerpo formándose el saco herniario.
Las personas que perdieron mucho peso o las mujeres embarazadas están muy expuestos a que su tejido abdominal se debilite e incluso se rompa. Ambos tipos de pacientes son propensos a necesitar lipectomía y/o también cirugía para corregir hernias umbilicales.
Una lipectomía, también conocida como abdominoplastia, es una intervención quirúrgica con fines estéticos que implica retirar excesos de piel y grasa del abdomen que han quedado flácidos luego de una baja importante del peso o el embarazo.
En muchas ocasiones la lipectomía no solo cumple su rol estético sino que también colabora en el aspecto funcional pues, además de quitar la piel y tejido adiposo, el cirujano une los rectos abdominales que se debilitan por el peso (de la grasa o del embarazo).
La apertura de los músculos abdominales que deriva en hernias umbilicales pueden producirse por factores muy diversos:
La ruptura del músculo puede liberar líquido o grasa y en muchas ocasiones el paciente no se da cuenta que las tiene. De cualquier forma no suelen volver a su sitio por sí solas.
La necesidad y urgencia de la intervención quirúrgica depende del estado de la hernia:
Hernias umbilicales reductibles: se presentan y se reducen con maniobras de compresión o reposo. El contenido de la hernia vuelve a su lugar libremente, en ocasiones causando dolor, pero no implica un riesgo inminente.
Hernias umbilicales irreductibles o incarceradas: parte del intestino queda atrapado en el saco herniario. En estos casos se realiza la operación para evitar que el cuadro avance y ponga en riesgo a la persona.
Hernias umbilicales estranguladas: Sucede cuando el tejido atrapado de una hernia incarcerada pierde irrigación sanguínea ocurriendo riesgo de necrosis. En estos casos la operación es necesaria y urgente. Durante la intervención debe retirarse el tejido necrosado.
También son indicadores de que es necesario operar el incremento de tamaño de la hernia, molestias y dolor.
Ya sabes de qué hablamos cuando hablamos de hernias y, a qué nos referimos cuando hablamos de lipectomía. Entonces ¿Es posible corregir hernias con lipectomía?
La respuesta es sí.
Cuando un paciente se somete a lipectomía se corrigen los problemas musculares entre los que se incluyen la diástasis de los rectos abdominales y las hernias umbilicales.
Aunque no sucede en todos los casos, es posible y sobre todo conveniente que si tienes ambos problemas te realices ambas intervenciones juntas. ¿Por qué? Allá vamos.
En síntesis, quienes llegan al quirófano para lipectomía o para corregir una hernia umbilical padecen un debilitamiento en la pared abdominal que se puede corregir en una sola intervención.
La lipectomía tiene una función estética pero involucra las correcciones de problemas musculares de modo que es sumamente recomendable corregir una hernia umbilical en el mismo momento que se realiza lipectomía.
Con la combinación, el paciente se ahorra riesgos, tiempo de incapacidad, de recuperación, cicatrices y hasta dinero.
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